31 de julio de 2024
Más allá de un tejido: las artesanas de Chiloé
Nuestras zapatillas pueden parecer sencillas, pero detrás de cada uno de estos regalos hay historias y tradiciones.
El proceso para hacer las pantuflas tiene distintos pasos, donde los primeros son obtener la materia prima desde las mismas ovejas, las cuales son esquiladas para obtener la lana que debe ser lavada con agua caliente con shampoo. Esta parte del proceso ayudará a quitar toda la grasa proveniente de la oveja y una vez lavada se enjuaga con agua tibia para luego dejar secar al sol o cerca de una fuente de calor.
Cuando la lana está lista, se eligen los colores. ¿Dónde? Directamente en el bosque. El proceso de teñido está basado en distintos colores que se pueden encontrar en la naturaleza que rodea la isla. Hojas, ramas, frutas, raíces, cortezas, flores y más, todo esto es parte fundamental en el teñido ya que de ahí nacen los colores, bajo un proceso en donde estos son hervidos junto a la lana para que esta tome los colores correspondientes.
Nuestras artesanas nos cuentan que los colores verdes los sacan directamente desde el Pillopillo, un árbol nativo, en el cuál encuentran una gama de colores interesantes para ir combinando. Ahora, si buscan un verde un poco más oscuro, ocupan el famoso Canelo. Para los amarillos ocupan manzanas oxidadas, junto con hojas y ramas del árbol, y así con distintos colores.
Para que la lana tome el color, se hierve en una olla en un fogón las hojas, ramas y otros, se cuela y luego se agrega la lana blanca. Para un mejor color se mantiene el fuego alto. Una vez terminado el proceso, la lana se enfría en la misma agua, se estruja y luego se seca sobre una estufa. Una vez que las artesanas tienen toda la lana teñida en sus distintas tonalidades, comienza el último proceso que es el de tejido, pero eso queda para una nueva historia.