Nuestro restaurante en Tierra Chiloé se abastece de los ricos productos de la pesca local, cercana al hotel. Como tal, los huéspedes pueden disfrutar un sinfín de platos marinos, donde los mejillones o choritos, los erizos y otras frescas delicias del mar son protagonistas.
Además de los estrechos lazos que hemos construido con pescadores y agricultores locales, nuestro chef elabora panes y pasteles caseros, y la especialidad local, el tradicional “curanto”.
Esta festiva preparación debe realizarse en un hoyo, en contacto con la madre tierra. Se cocina lentamente con piedras calientes, sobre las que se disponen todos los ingredientes: choritos, carnes, papas nativas y longanizas. También se agregan los infaltables chapaleles y milcaos, finalizando con hojas de nalcas, que permitirán la cocción al vapor de todos los ingredientes.
Al interior del hotel, las paredes con iluminación cálida conforman un espacio relajado con muebles artesanales de madera, acogedores rincones, lámparas hechas a mano y con las vistas al mar interior siempre presentes. A menudo, se puede ver a nuestros caballos pastando en los prados que rodean el hotel.
Al llegar la noche, te invitamos a ordenar nuestro cóctel de la casa, hecho de pisco chileno y miel de Ulmo (que proviene de las flores de un árbol nativo que se encuentra solo al sur de Patagonia). Nuestro amable personal del restaurante está a tu disposición para ayudarte a encontrar el perfecto vino chileno que acompañará tu comida, y puedes disfrutar de un digestivo después de cenar, junto a la chimenea de cobre o en la terraza exterior.
